Autobús de Homburg a Ratisbona

Homburgo es una ciudad del estado alemán de Saarland, cerca de la frontera del país con Francia. Homburgo ofrece a los viajeros una atracción única en el Schlossberghöhlen, un complejo subterráneo de minas de arena del siglo XVII. Los visitantes pueden realizar una visita guiada por los túneles y cuevas para conocer la larga historia del lugar: desde las huellas de 250 millones de años en la arenisca roja hasta el uso de las minas como refugio antiaéreo en la Segunda Guerra Mundial. Tras el viaje subterráneo, toma aire fresco en una excursión al castillo de Karlsberg. En la actualidad, el castillo está prácticamente en ruinas, pero los senderos del bosque de la zona son regios por derecho propio.

Para los viajeros más jóvenes de su grupo, Homburgo tiene también algunas actividades interesantes para los niños. El Gulliver-Welt es un parque a las afueras de la ciudad con miniaturas de edificios mundialmente conocidos y un parque infantil para disfrutar. El Fun Forest AbenteuerPark Homburg es perfecto para los niños mayores que prefieren un poco de adrenalina. Las tirolinas, los recorridos de cuerda y un pintoresco lago garantiza una aventura memorable para la familia.

Varios medios de transporte facilitan el acceso a Homburgo y el descubrimiento de todas sus joyas ocultas. FlixBus y Sindbad ofrecen un servicio de autobús asequible desde grandes ciudades como Fráncfort, Múnich y Lyon. Los autobuses llegan a la estación central de trenes de Homburgo, junto con los trenes Deutsche Bahn que conectan con destinos de toda Europa.

Situada en el suroeste de Alemania a lo largo del río Danubio, Ratisbona es una de las ciudades más pintorescas del país, gracias a su bien conservado centro medieval. Ratisbona es también una de las ciudades más antiguas de Alemania, fundada por los romanos en el año 179.

Para vivir la historia antigua de la ciudad, pon el casco antiguo en lo más alto de tu itinerario. Este lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, alberga más de 1,000 monumentos y reliquias que datan del Imperio Romano, todos ellos sorprendentemente bien conservados. En la Edad Media, el casco antiguo era una ciudad mercantil de rápido crecimiento que a menudo recibía mercancías de China e India, y este intercambio transcontinental influyó en la cultura y la arquitectura de Ratisbona.

En contraste con la extensa historia de la ciudad, Ratisbona cuenta también con una gran población estudiantil. Los estudiantes dan a la ciudad un aire moderno y relajado, y los numerosos bares, restaurantes, cafés y tiendas contemporáneas atienden a este público joven y a los visitantes por igual.

Ratisbona también es famosa por su café. Los amantes del café se esforzarán por recorrer las calles sin aterrizar en una de las muchas cafeterías, cada una de las cuales ofrece una bebida tan excitante como la anterior. Lleva una bolsa de repuesto para llevarte a casa todo el café artesanal alemán que puedas.

Ratisbona está situada cerca de los aeropuertos internacionales de Múnich y Núremberg. La estación central de trenes también está bien conectada con el resto del país y partes de Europa a través de los trenes ICE, IC y EC. Las compañías de autobuses como FlixBus y Sindbad ofrecen viajes por tierra precios asequibles a destinos como Praga, Cracovia y Viena.