Autobús de Split a Ginebra

Situada en la pintoresca costa del Adriático, Split es la segunda ciudad más grande de Croacia. Con una historia que incluye el dominio romano, veneciano, austriaco, francés, italiano y yugoslavo, Split ha sido nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por sus numerosas atracciones históricas y su sorprendente arquitectura.

El Palacio de Diocleciano se encuentra en el centro histórico de la ciudad. Este palacio del siglo IV, excepcionalmente bien conservado, muestra la majestuosa casa de retiro y el campamento militar del emperador romano Diocleciano. Camina por las calles romanas con sus adoquines originales y mira si puedes identificar varios lugares de rodaje de "Juego de Tronos". Después de caminar por el laberinto de calles empedradas del casco antiguo, siéntate en uno de los muchos cafés de la Plaza del Pueblo y toma un café por la tarde.

Para disfrutar aún más de Croacia, visita uno de los restaurantes locales. Como Split es una ciudad costera, los platos de marisco son la norma, pero los sabores están muy por encima de la norma. No dejes de probar el brudet, un guiso de marisco tradicional que se sirve habitualmente en la costa croata. Termina tu comida con mandulat, un postre tradicional de la región de Dalmacia, hecho con miel y almendras.

Puedes llegar fácilmente a Split desde muchos destinos nacionales e internacionales. El aeropuerto de Split ofrece vuelos internacionales, y un autobús de enlace con el aeropuerto facilita el acceso a la ciudad. Los servicios de autobús conectan Split con muchas ciudades de Europa, incluyendo Budapest, Berlín y Bratislava. Los trenes Deutsche Bahn llegan incluso hasta Split, por lo que podrás recorrer toda Europa Central.

A orillas del lago Lemán, al pie de los Alpes, descubre la pulida y cosmopolita ciudad de Ginebra. Como sede de muchas de las mayores organizaciones del mundo, entre ellas la Organización Mundial de la Salud y la Organización Mundial del Comercio, Ginebra puede parecer un poco empresarial por fuera. Sin embargo, una vez quitas un poco la superficie, se descubre que esta ciudad es mucho más de lo que parece.

Empieza por el casco antiguo, a menudo considerado como la parte más pintoresca de la ciudad. El casco antiguo abarca la zona que rodea a la Cathedrale Saint-Pierre, y está repleto de boutiques y cafés locales. Después, para comprobar lo antigua que es Ginebra, visita los restos arqueológicos de una basílica del siglo IV situada bajo la catedral. Después camina por la Rue du Rhone o la Rue du Marche para ver el lado caro de Ginebra, donde se encuentran muchas tiendas y relojerías de alta gama; sólo recuerda que los precios no son para los débiles de corazón.

Como el lago Lemán es una de las mayores masas de agua de Europa Occidental, naturalmente ha atraído la atención de los entusiastas de los deportes acuáticos. El esquí acuático y la vela son algunas de las actividades más populares, pero también puedes nadar en las aguas cristalinas del lago. Si el esquí tradicional es más tu estilo, toma un autobús al otro lado de la frontera francesa hasta Chamonix, donde puedes tomar un teleférico para subir al Mont-Blanc.

Los servicios de autobuses no solamente conecta a Ginebra con los Alpes. Compañías de transporte como FlixBus y BlaBlaCar Bus ofrecen rutas a Ginebra desde ciudades como París y Milán. Además, Ginebra está bien conectada por su gran aeropuerto internacional y su estación de tren, por lo que no tienes motivos para no visitar a esta joya.