Autobús de Marsella a Friburgo de Brisgovia

Marsella es la ciudad más antigua de Francia y la segunda más grande después de París. Aunque esta antigua ciudad portuaria pueda parecer carente de glamour y sofisticación, Marsella lo compensa con su profundidad cultural y su rica historia.

Una de las atracciones más populares de Marsella es la Basílica de Notre Dame de la Garde. Esta catedral del siglo XIX se encuentra en una colina que domina la ciudad y a la que se puede llegar en autobuses regulares o a pie. Si subes, la recompensa será una vista impresionante de Marsella y un interior de mosaicos que te dejarán boquiabierto. Gracias a un reciente renacimiento cultural, Marsella alberga también muchos nuevos museos y galerías. El Museo de Historia de Marsella te guiará por la rica historia marítima de la ciudad e incluye exhibiciones sobre la construcción de la catedral. El Mucem, o Museo de las Civilizaciones de Europa y el Mediterráneo, es una institución moderna y premiada dedicada a la historia regional.

Después de un día explorando la ciudad, pasa una tarde de relax en una de las pintorescas playas mediterráneas cercanas, o pasea por el Vieux Port para disfrutar de excepcionales oportunidades fotográficas y de auténticos restaurantes locales de marisco.

Se puede acceder fácilmente a Marsella en avión, tren, autobús o por mar. El Aeropuerto Internacional de Marsella-Provenza está a sólo 30 km de la ciudad, con numerosos servicios de traslado directo. Los servicios de TGV conectan Marsella por ferrocarril con ciudades de todo el país y con España también. Eurolines y otros autobuses cubren las rutas de Marsella a París, Lyon, Toulouse, Génova y más.

Friburgo de Brisgovia, comúnmente conocida como Friburgo, es una gran ciudad del estado de Baden-Wurttemberg, en el sur de Alemania. Situada al borde de la Selva Negra, esta ciudad alberga una de las universidades más antiguas de Alemania y una gran catedral de estilo gótico en su reconstruido casco antiguo medieval.

La catedral de Friburgo se originó como una iglesia románica en el siglo XIII y tardó 300 años en completarse. Esta catedral es una de las atracciones más populares de la ciudad, y es fácil ver por qué. Cientos de figuras han sido esculpidas en la fachada de arenisca con detalles imposibles, y la entrada es gratuita para caminar por el interior aún más impresionante.

La Münsterplatz es otra de las visitas obligadas de la ciudad. Aunque estuvo a punto de ser destruida en la Segunda Guerra Mundial, esta plaza peatonal adoquinada ha sido restaurada para mostrar sus numerosos monumentos históricos, entre ellos el acentuado y rojo Salón de los Comerciantes Históricos. Los puestos del mercado pueblan esta plaza central todos los días, excepto los domingos.

Uno de los rasgos singulares de Friburgo son los cursos de agua poco profundos que fluyen a lo largo de los surcos de las calles del casco antiguo. Estos arroyos, o bächle, solían abastecer a la ciudad de agua potable procedente del río Dreisam, pero hoy en día acogen carreras de barcas de niños o chapuzones en días calurosos. La leyenda dice que si pisas uno de ellos accidentalmente, te casarás con un lugareño, así que ten cuidado - ¡o no!

Disfruta de la incomparable red ferroviaria alemana en un tren a Friburgo, que llega a la estación de Friburgo. FlixBus y Sindbad también conectan Friburgo con el resto del país y con otras ciudades europeas como Zúrich y Budapest.