Autobús de Nápoles a Grenoble

Fundada por los griegos en el segundo milenio antes de Cristo, Nápoles es una de las ciudades más antiguas de Europa. Al ser la ciudad más grande del sur de Italia, aquí encontrarás un auténtico sabor a Italia a la sombra del monte Vesubio. Si esa montaña te resulta familiar, quizá la conozcas por ser el volcán que destruyó la cercana ciudad romana de Pompeya. Una de las mejores excursiones de un día desde Nápoles es viajar a Pompeya y pasear por esta ciudad conservada en cenizas.

Con sus más de 2,500 años de historia, Nápoles alberga naturalmente una gran variedad de estilos arquitectónicos. Mientras paseas, mira si puedes identificar las influencias de diferentes épocas y gobernantes extranjeros.

Si el singular estilo de la ciudad no es suficiente para tentarte, quizá lo sea saber que Nápoles es famosa por ser la cuna de la pizza. Visita cualquiera de los muchos restaurantes locales para probar una auténtica pizza napolitana con esponjosa corteza de masa madre, mozzarella de búfala y salsa de tomate fresca. Termina tu comida en una cafetería local para experimentar la cultura del café napolitano, con una elaborada actuación de baristas y técnicas de preparación científicas.

Para llegar a Nápoles desde muchas de las principales ciudades europeas, e incluso desde los centros de viajes mundiales, hay que pasar por el aeropuerto internacional de la ciudad. También puedes viajar en tren (/train-tickets/it-na/naples/) hasta la estación Napoli Centrale - Piazza Garibaldi desde cualquier ciudad del país. Muchos servicios de autobús nacionales e internacionales también ofrecen acceso a Nápoles y a menudo paran en la estación central de tren para facilitar los transbordos.

Grenoble es una ciudad en los Alpes franceses conocida como un importante centro de investigación e innovación. Una actividad que no puedes perderte es tomar el teleférico 260 metros por encima de la ciudad a la fortaleza del siglo XIX, La Bastilla. Explora la zona montañosa y disfruta de las vistas panorámicas de la ciudad y sus muchas cordilleras circundantes. Estas montañas son, por supuesto, ideales para practicar senderismo, escalada y esquí. Las estaciones de esquí cercanas son Autrans en el Vercors y Chamrousse en Belledonne.

De regreso a la ciudad, visita el Palacio del Parlamento de Dauphiné, construido en el siglo XV, y el Museo del Ancien Évêché, en un antiguo palacio episcopal, para conocer la historia de Grenoble. La ciudad cuenta con muchos más museos, pero merece la pena priorizar el Museo de Grenoble, que lleva el mismo nombre, por su amplia colección de obras de arte de maestros como Rubens, Gauguin, Renoir y Picasso, entre otros.

La mayoría de los viajeros que van a Grenoble toman el tren desde París o Lyon. Más trenes SNCF conectan la ciudad con destinos por todo el país. BlaBlaCar Bus y FlixBus también sirven a Grenoble, con rutas desde Valence, Annecy, Burdeos, y más.